
Al tener que salir de México para renovar mi visado, descubrí que el vuelo más barato también me llevaba a buenos senderos, esta vez en Guatemala.
Los volcanes Atitlán y Tolimán bordan la orilla sur del Lago Atitlán, menos turística que la orilla norte.
El sendero está bien marcado pero extremamente empinado. Nunca había subido 1000 m de desnivel con una pendiente de 50% y mis cuádriceps todavía se recuerdan, una semana después…
Después acampar en el cráter entre fumarolas de vapor, tuve suerte al disfrutar de un amanecer totalemente despejado por unas horas. Al día siguiente, las nubes pintaban claroscuros de azul entre sombras de volcanes.
Sospecho que el otro camino de subida, desde la reserva Tepepul en Santiago, ofrece mejores vistas, por un bosque dónde se avistan quetzales y una pendiente promedia de “sólo” 30%.
